6 causas de muerte de una empresa familiar
- Business COACH Javier Maldonado
- 17 dic 2020
- 5 Min. de lectura

Las hay por todos: en México el 87% de las empresas son familiares, por lo cual no es necesario explicar su importancia, ¿verdad?
Básicamente la economía mexicana la sostienen personas que como tu y como yo, además de buscar un ingreso para nuestras familias, queremos dejar algo significativo en el mundo.
Las empresas familiares pueden llegar a tener muchísimas ventajas como una gran flexibilidad, dinamismo, cultura bien definida y objetivos comunes que, si son bien aprovechadas, pueden impulsar el crecimiento de una pequeña empresa.
Sin embargo, también tienen retos significativos que hacen difícil su supervivencia a mediano y largo plazo.
De hecho más del 70% de las empresas familiares no sobrevivirán más allá de la tercera generación.
Debido a lo anterior, realicé una lista que incluye 6 causas de muerte de una empresa familiar, las cuales, en mis 25 años de experiencia, he notado que se repiten una y otra vez en los casos que he atendido y los cuales provocan que el negocio simplemente no trascienda.
Toma nota:
1. Dependencia del fundador
Él es el experto, el que tiene la visión, el liderazgo y la dedicación a tope: el fundador es quien por lo general, se sabe de arriba a abajo los procesos de su empresa, conoce perfectamente su operación, finanzas, clientes y mercado.
Si por él fuera, maneja la empresa por su cuenta.
Debido a lo anterior, muchas veces la empresa depende completamente del dueño, quien aun con el crecimiento del negocio sigue gestionando prácticamente toda su operación, dejando de lado la preparación y el desarrollo de personal clave en quien pueda confiar en el futuro.
Esta dependencia prácticamente convierte al dueño en el negocio mismo: sin él la organización no es capaz de operar.
Por lo anterior, es necesario que este sea capaz de delegar ordenadamente parte de sus funciones, desarrolle y capacite al personal de alto desempeño, y genere planes de carrera para que la empresa sea capaz de soportar crecimientos acelerados.
2. Falta de acceso a fuentes de financiamiento
Esta es una situación que generalmente se encuentra presente en las empresas familiares y dificulta su crecimiento. Para mantenerse competitivo en el entorno disruptivo actual es indispensable seguir innovando e invirtiendo en proyectos que le permitan a la compañía incrementar sus ventas y ser más eficiente.
Sin embargo, como hay poca formalización en una empresa familiar, difícilmente un banco confiará para prestarles dinero y si lo hace, los intereses se irán a los cielos y se convertirá en una deuda innecesaria y que incluso puede llevar al negocio a la quiebra.
Para evitar lo anterior es fundamental que las empresas familiares migren a un sistema institucional, estableciendo un gobierno corporativo que involucre a especialistas en finanzas que conozcan los distintos productos bancarios y financieros, así como otras alternativas de financiamiento que sean convenientes para cumplir sus objetivos de crecimiento.
3. Exceder las capacidades el negocio
Las empresas familiares viven ciclos tanto de abundancia como de contracción.
Negocios de esta clase fracasan porque son utilizados para proveer un bienestar familiar al que se está acostumbrado, sin importar la situación financiera por la que esté atravesando la empresa, y sin considerar el capital de reinversión necesario para generar proyectos de innovación e inversiones que permitan al negocio crecer y seguir siendo competitivo.
En otras palabras, el negocio se convierte en una máquina de dinero en lugar de riqueza, averiándose con el tiempo debido a la falta de mantenimiento.
Es necesario establecer una política clara de compensación (independientemente de que sea un empleado familiar o no), así como una política de dividendos, que establezca lineamientos claros sobre la reinversión de utilidades y reparto de las mismas entre los miembros de la familia.
Esta política contribuirá a mantener la salud financiera del negocio, retener capital para su crecimiento, y sensibilizar a la familia con respecto a que sus beneficios económicos dependerán en gran medida del desempeño del negocio.
4. Falta de claridad de funciones
Cuando se fundan las empresas familiares, generalmente tanto miembros de la familia involucrados en la operación como el resto de los empleados llevan a cabo múltiples funciones que se adaptan constantemente para solventar las operaciones del día a día.
Sin embargo, a medida que estas crecen, también se incrementa la necesidad de establecer responsabilidades claras para cada miembro del equipo.
Es importante considerar que, aunque un familiar (cualquiera que este sea) se involucre en la empresa, se limite su involucramiento a las responsabilidades de su puesto, respetando al resto de los individuos de la organización.
5. Dar prioridad a miembros de la familia
¿Estás seguro que tu sobrino puede con el puesto aunque lo estimes mucho?
En ocasiones, muchas más de las que se debería, el fundador de la empresa pone a sus familiares en los puestos más importantes de la empresa. Incluso puede llegar a inventar esos puestos dentro de la organización sólamente para que dicho familiar sea incluido dentro de la jerarquía.
Normalmente, esto se hace sin considerar las habilidades, talento, conocimientos o capacidades de la persona, ubicando a los familiares en puestos para los cuales no cubren el perfil, y provocando un impacto negativo en el desempeño del negocio.
Está bien involucrar a un miembro de la familia en el trabajo de la empresa, sin embargo, este se lo tiene que ganar demostrando que tiene las capacidades no sólo para solventar el trabajo, sino para resolver problemas y mostrando interés, talento, compromiso, conocimiento y habilidades para desempeñarse apropiadamente en el puesto.
Las empresas deben migrar de un sistema familiar a uno basado en méritos, en el que los puestos se asignen no por preferencias personales, sino por la alineación de las competencias y habilidades de la persona con las de cada puesto.
6. Falta de una sucesión ordenada
Este es definitivamente uno de los puntos cruciales.
La razón más común por la cual desaparecen las empresas familiares es la transición de la compañía a la siguiente generación.
En especial, el primer cambio generacional es crucial para la sostenibilidad de la empresa, ya que implica que la persona que mejor conoce el negocio y lo ha operado desde su fundación se aparte de ella.
De esta sucesión dependen las demás.
Una sucesión no es un tema menor en las organizaciones: es complejo, requiere esfuerzo, disciplina y profesionalismo: debe planearse con antelación.
Por lo general la situación más común que hace que todo salga mal en una sucesión es obligar a la siguiente generación a involucrarse en la organización a pesar de evidentes y en ocasiones explícitas señales como la falta de interés, habilidades o capacidades.
Obligar a tu hijo a trabajar para que después, herede la empresa, puede ser el peor error para tu compañía.
El dueño siempre debe mantener la opción de designar a un no familiar al frente del negocio con el interés, experiencia y habilidades necesarios; sin embargo, si se decide traspasar la dirección del negocio a los hijos, es conveniente involucrarlos desde temprana edad.
Las empresas familiares son el principal motor de la economía en México, al generar empleo y bienestar a la sociedad. No obstante, se enfrentan a diversos obstáculos que provocan la desintegración de muchas de ellas.
Con el objetivo de incrementar su probabilidad de supervivencia, es recomendable que las empresas familiares migren a un sistema institucional que incorpore lineamientos específicos para hacer frente a los retos planteados. Este sistema debe estar alineado a las necesidades y situación particular de la familia y del negocio, definiendo reglas claras de operación y gestión.
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